Los hechos antes citados, no han significado un Cambio en Cuba, cuyo pueblo durante 50 años ha pagado un alto presio en la defensa de la libertad. Cuando desde el exterior de Cuba me preguntaron mi opinión sobre la renuncia de Fidel Castro, expuse que se podrá hablar de Cambios cuando en el poder, no se encuentren los que han pisoteado los derechos a los cubanos; sean liberados los Presos Políticos, se legalicen los Partidos Políticos, Sindicatos, Prensa Independiente, se realicen elecciones libres y se respeten las libertades proclamadas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Un amigo mexicano me llegó a comentar “que José Martí iba que tener que salir de su tumba, y organizar otra Guerra necesaria para poner fin a la dictadura imperante en Cuba.”
Que nadie se engañe; el cubano está recogiendo lo que ha sembrado, la sumisión tiene su presio. Es preocupante que esto suceda en una nación con un rico legado en el enfrentamiento a colonizadores y dictadores. El anuncio de Fidel y la designación de Raúl, era el marco propicio para la realización de una consulta popular con supervisión internacional, donde los cubanos decidieran por voluntad propia sí continuarían o no con el socialismo, o toman el camino hacia la democracia.
La Habana ha fomentado la miseria y el terror, bajo esa base se han mantenido desde 1959. La sucesión de Fidel a Raúl, patentiza que el régimen se perpetuara en el poder otros 50 años más, si los cubanos no hacen algo para evitarlo. El hecho que Fidel Castro no asumiera como Presidente del Consejo de Estado, tras estar alejado del poder desde el 31 de julio de 2005, es un factor importante que ha debilitado al régimen.
Para muchos cubanos, todavía Castro representa la imagen del justiciero, que gracias a él pudieron hacerse médicos, deportistas, ingenieros. Existe un cierto nivel de agradecimiento por parte de aquellos que se beneficiaron del gobierno. Yo no tengo que agradecerle nada. Desde mi óptica, mi pregunta es la siguiente: ¿Le van a agradecer a Raúl lo que le agradecieron a Fidel?
Sería imperdonable que los cubanos contribuyeran a una dictadura monárquica. Ante la dura realidad que enfrentan los habitantes de la isla de vivir en su propio país relegados a ciudadanos de segunda clase, no es viable aceptar promesas. Fidel no fue capaz de resolver la triste realidad de Cuba; menos lo será Raúl.
Es el momento de cerrar filas y hacer realidad el mandato martiano: “Con todos y para el bien de todos.” Cuba que sufre tiene la palabra.
Reportó desde La Habana el periodista Carlos Serpa Maceira, de la Agencia de Prensa Sindical Press y corresponsal en la isla de Misceláneas de Cuba.