Por supuesto que nadie imaginaria a nuestro Carlos Manuel de Céspedes, claudicando ante los españoles y retirándose de la lucha por la libertad de esta isla, para evitar que su hijo fuera fusilado, tampoco imaginaria a Mariana Grajales quien envío a la manigua a toda su prole, pidiéndole a ellos que dejaran de hacer sus deberes para con la patria con tal de salvarse ella o cualquier ser querido.
Y el tema viene a colación luego de que saliera publicado en varios sitios de Internet la carta que hiciera la “Dama de Blanco” Maritza Concepción Sarmiento, donde, según ella manifiesta fue obligada a redactar un documento, para acusar de una serie de barbaridades a la Sra. Berta Soler, líder del Movimiento Damas de Blanco, Laura Pollán, dictado nada más y nada menos que por tres agentes de la Seguridad del Estado.
Esto a todas luces huele muy mal y es muy preocupante pues ya no es el primer caso en que alguien que proclama luchar por la Libertad, la Democracia y se autodenomina opositor al Régimen Dictatorial de los Castro se declara arrepentido de haber “cooperado” con los órganos represivos para desacreditar o simplemente informar las acciones pacificas que se realizan por las diferentes organizaciones opositoras y que en muchos casos causan prejuicios a los verdaderos luchadores.
No es concebible a estas alturas que alguien haga esto con el supuesto argumento de “temer por la vida de su hija o la de algún familiar cercano” y sería fantasioso pensar que el arrepentimiento llega por pura voluntad, movido por la conciencia propia o cualquier otro sentimiento a fin, pues a nadie lo pueden obligar a escribir nada que no quiera e incluso de ser cierto esto porque no plantarse en tres y dos y cantarles las cuarenta a los “agentes” que al final todos sabemos no van a desaparecer a nadie pues ya no es la época en que actuaban con total impunidad sin que les importara un comino la opinión mundial.
Lo que sucede es que es más fácil y mejor estar con Dios y con el Diablo a la misma vez, pues ahora resulta que a esta señora hay que creerle el cuentazo que está haciendo apresuradamente y reconocer su arrepentimiento y recuerdo una conversación personal que tuve con Berta Soler y Magalis Norvis Otero donde entre otros argumentos bien pensados, Berta decía que no es masividad lo que se necesita sino que estén las que deben estar y las otras irían cayendo por su propio peso.
De acuerdo completamente con ellas y le argumenté en esa ocasión que no les podría temblar la mano a la hora de ser exigentes y fuertes ante la toma de decisiones por muy difíciles que pudieran ser y este es el caso, pues aunque todos sabemos que la Seguridad del Estado intenta por todos los medios crear discrepancias y conflictos entre las Damas de Blanco para que desaparezcan, la traición de alguna de sus integrantes se paga con el desprecio de los cubanos dignos y su inobjetable expulsión del excelso grupo de valientes mujeres, por cierto las únicas que se han ganado un espacio y de quien la historia de Cuba deberá escribir en un futuro de Libertad y Democracia.
Por supuesto que no me corresponde a mi decir la última palabra sobre este lamentable incidente pero mantengo la misma visión y opinión de lo que le exprese hace unos días a Berta y Norvis –antes de que se desatara toda esta locura – y concluyo este escrito recordando que el traidor ya sea por miedo o por otro impulso, siempre va a volver a traicionar por esos mismos u otros argumentos insubstanciales que lo mantengan a salvo - por lo menos eso es lo que creen – de los tentáculos gigantescos de los que con o sin razón defienden a este Régimen Dictatorial que busca perpetuarse por la eternidad.