El estallido dejó un enorme hueco y a su alrededor lonjas de concreto de la calle, tuberías partidas y esparcidas por el lugar. Este desastre había ocurrido en varias ocasiones, pero no con tanta fuerza y nivel de destrucción como esta vez.
El problema lleva años sin solucionarse, aunque hacen pequeñas reparaciones, vuelve a romperse al poco tiempo. Es tan grave la situación que dada la cantidad de quejas de los que por allí viven o tienen que transitar, se ha publicado en el periódico Granma e incluso se ha trasmitido en la televisión, en el programa Libre Acceso, en el que ingenieros hidráulicos y Jefes de Aguas de La Habana, expusieron su teoría.
La realidad es que el hueco sigue explotando y molestando a vehículos y transeúntes.