Esperemos que Biden mantenga la razón de ser de la Cumbre
El Gobierno de Biden tiene una gran oportunidad para enfatizar que la democracia es el sistema político de referencia en el hemisferio occidental. La IX Cumbre de las Américas, que se celebrará la semana del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, California, estaba preparada para excluir a la mayoría de los regímenes no democráticos del continente. Algunos líderes latinoamericanos se opusieron a la prohibición de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua del evento y declararon que boicotearían la conferencia, si esto ocurría.
El dilema general para Biden es si aplacará a la izquierda e invitará a estos notorios violadores de los derechos humanos, o si Estados Unidos defenderá firmemente los principios declarados que vinculan la cordialidad hemisférica basada en la práctica de modos de gobierno consensuados y sociedades libres.
El subsecretario de Estado de Estados Unidos, Brian A. Nichols, declaró durante un programa de televisión el 2 de mayo que “Cuba, Nicaragua, [y] el régimen de Maduro no respetan la Carta Democrática Interamericana, y, por lo tanto, no espero su presencia”.
Al ser cuestionado sobre el caso específico de Cuba, donde durante la Cumbre de 2015 el dictador cubano, Raúl Castro, fue invitado, Nichols comentó que, aunque en última instancia será una prerrogativa de Biden, cree que “el presidente ha sido muy claro sobre la presencia de países que por sus acciones no respetan la democracia: no recibirán invitaciones”.
Jen Psaki cuestionó el 10 de mayo la firmeza de la declaración de Nichols. Durante una sesión informativa en la Casa Blanca, la secretaria de Prensa del presidente dijo que “no se han cursado invitaciones en este momento”. Lo que el representante de los medios de comunicación de Biden estaba sugiriendo es que la puerta de la Cumbre seguía abierta a las dictaduras del hemisferio. El aparente giro de la Casa Blanca refleja una reacción a la afirmación del presidente mexicano de que si los tres regímenes autocráticos eran excluidos, boicotearía el evento.
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) adoptó esta postura pública, casualmente después de haber concluido una visita oficial a la Cuba comunista. En la isla cárcel, se reunió con los dictadores cubanos Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel.
Publicado en El American 13 de Mayo.
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