La carencia de medicamentos en Cuba es de vieja data. Y aunque el régimen quiere culpar de ello a las alegadas distorsiones que asegura ha sufrido el mercado de las farmacéuticas con la llegada de la pandemia, lo cierto es que desde etapas anteriores a ella ya se reportaban ausencias importantes entre los más comunes de ellos.
“La pandemia afectó la economía mundial y con ella la industria farmacéutica y el país ha tenido que realizar ajustes”, aseguró José Ángel Portal, ministro de Salud.
Aunque las farmacias siguen tan desabastecidas como hace meses, la directora de Operaciones y Tecnología de BioCubaFarma, Rita María García Almaguer, se da golpes en el pecho y asegura que: “en estos momentos la tendencia de la producción de medicamentos marcha hacia la recuperación”.
“La tendencia en la disponibilidad de los medicamentos es a la recuperación, a partir del arribo de un grupo de materias primas e insumos. Se prevé que las afectaciones vayan disminuyendo y por tanto, el número de faltas al final de 2021, sea inferior al que se presenta hoy” Twiteo la funcionaria.
Por el momento lo dicho constituye solo promesas. Lo cierto, lo verificable es que, aun en su esfuerzo por mostrar el mejor rostro del asunto, el oficialismo se ve forzado a reconocer que de los 359 medicamentos que conforman el cuadro básico en el Sistema Nacional de Salud, al menos 108 medicamentos seguirán en falta cuando concluya el año.
Conocedores del tema dicen que no se tragan la píldora pues han podido verificar que medicamento de uso común como la aspirina o la duralgina no se encuentra siquiera en los hospitales, último reducto donde pueden ser hallados cuando desaparecen de la red nacional de farmacias.
“Hay un 30 % del cuadro básico de medicamentos que va a continuar afectado, debido a que se enfocó la recuperación de la producción en aquellos que ostentan la máxima prioridad, como son los controlados por tarjeta, los indicados para enfermedades crónicas y los antibióticos”, continúa improvisando García Almaguer, quien omite, que si bien es real que los dispensarios reciben estos fármacos, las cantidades son tan exiguas, que solamente las pueden adquirir los primeros 5 clientes de las dilatadas filas.
A regañadientes la funcionaria reconoce que BioCubaFarma, la entidad encargada de a provisional el dispensario hospitalario solo ha podido garantizar la cobertura entre un 70 % y un 80 %, algo que pone en dudas Ricardo Arénguelo, enfermero del Hospital Provincial de Cienfuegos, quien asegura que la orfandad farmacológica que padece la institución no tiene precedentes.
De acuerdo al Minsap el país contempla 619 renglones de medicamentos de ellos 263 (42%) son importados y 356 (58%) producidos por la industria nacional.
Según las declaraciones dadas por Eduardo Martínez. Director del Grupo BioCubaFarma, en el espacio televisivo “La Mesa Redonda” las causas de la inestabilidad de productos farmacéuticos se deben a factores como la falta de materias primas y otros materiales, a que proveedores habituales de estas las han dejado de suministrar por las acciones del Embargo.
De tanto usar esta justificación ya no convence a los afectados, por ello, quienes determinan la política comunicacional del gobierno han debido improvisar y echar mano de otro chivo expiatorio, esta vez los revendedores a quienes señalan como culpable de las escaseces.
“Se acabó la contemplación en los territorios con la venta ilegal de medicamentos, eso no se puede permitir y tenemos todas las maneras operativas para hacerlo”, manifestó el gobernante cubano Miguel Díaz Canel, durante una de las habituales reuniones del grupo temporal de trabajo del Gobierno para el enfrentamiento a la COVID-19.
Sin embargo expresiones como estas que aparecen en las redes sociales parecen atentar contra la tesis gubernamental porque como asegura este internauta: “Intenté incluso comprarlos en el mercado negro de la Isla a altos precios, pero no había los fármacos que necesitaba mi familiar”.
Foto: commons.wikimedia.org
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