En materia de aborto –uno de los temas más complejos y sensibles de la política sobre salud en el mundo- recientemente ha surgido un caso que puede ser bastante ilustrativo para los países de Latinoamérica: el de la República de Irlanda, un referente mundial de desarrollo político, económico y social que, desde 2019, ocupa el tercer lugar en el Índice sobre Desarrollo Humano del PNUD, luego de Noruega y Suiza.

Precisamente, en el seno de esa sociedad desarrollada y conservadora, se ha producido la despenalización del aborto. En 1983, dicho país aprobó la famosa Octava Enmienda (artículo 43.3.3) de su Constitución, cuya letra es la siguiente: “El Estado reconoce el derecho a la vida del no nacido y, con igual respeto por el derecho a la vida de la mujer, garantiza en sus leyes respetar y, hasta donde sea practicable, por medio de sus leyes defender y hacer valer ese derecho”. Tal enmienda constitucional, que ilegalizó el aborto, ha sido derogada por medio de una nueva enmienda (la número 36) al Texto Constitucional, cuyo texto (“La ley puede estipular la regulación de la interrupción del embarazo”) fue sometido a referendo aprobatorio el día 25 de mayo de 2018 y obtuvo una votación favorable superior al 66% de los participantes[3]. Con la legislación posterior al referendo, vigente desde 2019, se pasó de prever hasta 14 años de cárcel para la mujer que abortase y el personal que la asistiese, a dar libertad de abortar dentro de las primeras doce semanas de embarazo (lo que se conoce como “leyes de plazo”)[4].

Es suficientemente conocido que el tema del aborto tiene implicaciones de todo orden, desde cuestiones morales y religiosas, pasando por debates científicos, hasta las consecuencias legales, económicas y de estigmatización por parte de la sociedad. Diferentes sectores de la vida pública, por tanto, asumen posiciones en la materia, en ocasiones con la autoridad que acompaña sus opiniones. En el caso irlandés –un país, insistimos, defensor consuetudinario de valores tradicionales, tales como la fe y la familia- se produjo un mayoritario cambio de opinión debido sobre todo al enfoque político dado al problema, como veremos. Y es que, por importantes y dignas de consideración que sean todas las aristas del aborto, por diferentes que sean las perspectivas, se trata de un asunto de salud pública.

En Irlanda se abordó así, como un problema de salud pública frente al cual la regulación existente no ofrecía una solución convincente. La previa penalización del aborto, con fundamento constitucional, no estaba reduciendo el número de abortos (miles de irlandesas acudían anualmente a los servicios de salud del Reino Unido a practicárselos, dada la regulación más tolerante en ese país vecino) y, por si ello fuese poco, estaba poniendo en riesgo la vida y la salud de las mujeres.

Otra de las cuestiones relativamente sorprendentes sobre la despenalización del aborto en Irlanda es quiénes fueron sus promotores. Mientras que el Partido Laborista (socialdemócrata) ofrecía abiertamente en su programa político, desde 2015, plantear la realización de un referendo para derogar la Octava Enmienda, y Fine Gael (conservador) prometía la realización de una Asamblea Ciudadana para abordar el asunto, Fianna Fáil, el partido liberal de mayor tradición en el país, asumió la posición más conservadora. Finalmente, la Asamblea Ciudadana se llevó a cabo bajo el gobierno de Fine Gael, cuyo líder, Leo Varadkar, se comprometió a llevar a cabo un referendo en 2018, lo cual, como hemos dicho, tuvo lugar el día 25 de mayo[5].

Mientras tanto, la prensa irlandesa anunciaba “guerra[6] en las filas del liberal Fianna Fáil, pues su líder, Micheál Martin, no obstante ratificar la libertad de opinión y de voto dentro de su partido[7], cambió su parecer personal y dio su apoyo a la realización del referendo, así como a la derogación de la Octava Enmienda. Algunos de los extractos del discurso de Martin en el Oireachtas (Parlamento): “Necesitamos hallar un equilibrio entre nuestras creencias personales y los contenidos de las leyes que los demás han de seguir”. “Si somos sinceros en nuestra compasión hacia las mujeres y somos sinceros respecto de sus decisiones, debemos actuar”. “La octava enmienda ha causado un daño real a las mujeres irlandesas, ya que ha desmejorado el cuidado disponible para las mujeres embarazadas en momentos críticos”. “No se puede cambiar una realidad: el aborto está presente y forma parte permanente de la vida irlandesa”.

La supuesta indiferencia relativa de Fianna Fáil de cara al cambio de regulación en Irlanda, a mi juicio, no fue tal. Aun cuando se trata de un partido afiliado a ALDE en Europa y, por tanto, defiende el valor superior de la libertad individual, en Fianna Fáil prevalecía una postura pro-vida, lo cual no es inusitado entre partidos liberales inmersos en sociedades conservadoras. De hecho, dentro de la familia liberal siguen existiendo desacuerdos sustanciales y de fondo entre las posiciones pro-elección y pro-vida, lo cual podemos ver con intensidad en España e Hispanoamérica donde, al igual que ocurre en Irlanda, hay un bagaje más conservador y religioso[8].

Entre las enseñanzas que deja para Latinoamérica el cambio de política en Irlanda, destaco las siguientes: (i) haber permitido el debate político, sin manipulaciones ni amenazas, y haber actuado congruentemente con las conclusiones de dicho debate; (ii) poner la salud pública en el centro, frente a las distintas aproximaciones y aristas del problema del aborto; (iii) fomentar la discusión en las distintas instancias de la sociedad, para lograr mayor consenso y piso político a las decisiones parlamentarias; y (iv) haber concluido el proceso con un mecanismo de participación ciudadana, como lo fue el referendo derogatorio.

Pongo el relieve en esos cuatro aspectos y no en la decisión final que se tomó –en este caso, despenalizar el aborto- porque siento que en Latinoamérica deben ponerse a prueba las instituciones y dar un debate sobre este asunto, en especial dada la nula efectividad de las políticas existentes. En el caso de Irlanda –uno de los países más desarrollados del planeta, no dejamos de insistir en ello[9]– se alarmaron por la salud de sus mujeres, dado que la regulación las hacía bien migrar a otro país para abortar de forma legal o, peor, hacerlo en su país pero bajo clandestinidad y condiciones inseguras. ¿Qué podríamos decir en Latinoamérica, donde se practica 1/5 parte de los abortos del mundo[10], bajo condiciones como las segundas descritas, en un contexto de pobreza y subdesarrollo económico y político[12]?

Leer sobre Irlanda no debe convertirnos a todos los latinoamericanos en pro-elección, o llevarnos a abdicar de nuestras creencias religiosas o nuestra manera de pensar, pero sí puede hacernos ver que la política bien hecha es capaz de mejorar las condiciones de vida de las personas. Como liberales, creemos que las políticas deben basarse en la evidencia y, en este caso, la evidencia es rotunda al mostrar que las mujeres están muriendo en el mundo debido a los abortos ilegales, y que la ilegalización del aborto no reduce sus cifras de incidencia.

[1] Abogado, Especialista en Derecho Administrativo y Profesor de la Universidad Central de Venezuela. Especialista Universitario y Máster Universitario en Argumentación Jurídica, por la Universidad de Alicante. Especialista en Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (Presidencia del Gobierno, Reino de España). Grado en Derecho, Máster Oficial en Derecho Público y Candidato a Doctor en Derecho por la Universidad Carlos III de Madrid. Co-fundador de Vente Venezuela, partido liberal liderado por María Corina Machado, de quien fue Asistente Parlamentario y asesor legal. Las opiniones del presente artículo son exclusivas del autor y no comprometen a terceras personas, ni a organización alguna.

[2] Consultar en: http://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_2019_overview_-_spanish.pdf

[3] https://www.bbc.com/news/world-europe-44256152

[4] https://www.eldiario.es/internacional/Irlanda-despenaliza-aborto-referendum_0_775522792.html

[5] https://es.wikipedia.org/wiki/Refer%C3%A9ndum_constitucional_de_Irlanda_de_2018

[6] https://www.irishtimes.com/news/politics/war-to-follow-in-fianna-f%C3%A1il-over-martin-s-abortion-stance-1.3360763

[7] https://www.independent.ie/irish-news/abortion-referendum/21-fianna-fail-tds-vote-against-holding-abortion-referendum-36731209.html

[8]Cfr.: ESPLUGAS, Alberto. “El aborto”. /En/ RALLO, Juan Ramón (coord.). Un modelo realmente liberal. Madrid: LID, 2012, p. 343-357.

[9] No obstante figurar terceros en el Índice de Desarrollo Humano del PNUD, Irlanda aparece en el puesto 22 del Índice de Desigualdad de Género (que acompaña el de Desarrollo Humano desde 2010). Entendemos que con la derogación de la Octava Enmienda mejorarán su desempeño en cuanto a igualdad de género se refiere, pero aún tienen otros terrenos donde mejorar (inclusión de las mujeres en política, mayor igualdad laboral, mejores políticas sobre violencia doméstica y violencia de género, mejor regulación sobre permiso de paternidad, etc.).

[10] Sólo Europa del Este, como región, tiene más abortos al año que Latinoamérica y el Caribe. Para datos completos, ver: (i) el informe Sharing Responsibility. Women, Society & Abortion Worldwide (1999), del Alan Guttmacher Institute: https://www.guttmacher.org/sites/default/files/pdfs/pubs/sharing.pdf; (ii) cifras actualizadas hasta 2018, también del Alan Guttmacher Institute: https://www.guttmacher.org/fact-sheet/abortion-latin-america-and-caribbean; (iii) la Organización Mundial de la Salud (junio de 2019): https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/preventing-unsafe-abortion; y (iv) la International Planned Parenthood Federation (2012): https://www.ippf.org/blogs/unsafe-abortion-dangers-answers.

[11] Latinoamérica es de las regiones con el marco legal más restrictivo. Sólo Cuba, Guayana Francesa, Guyana, Puerto Rico y Uruguay permiten el aborto sin condiciones, dentro del plazo legal establecido. Ver: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-45132307. Ya en el mundo, se cuestiona el referido marco legal restrictivo de la región, sobre la base de las consecuencias que genera. Ver: https://elpais.com/internacional/2020/02/14/america/1581711564_916839.html. En este último reciente artículo del diario El País, de hecho, el enfoque no es sólo el marco legal, sino la cantidad de mujeres latinoamericanas que mueren anualmente como consecuencia de abortos no seguros en el contexto de su aplicación.

[12] https://www.guttmacher.org/sites/default/files/pdfs/pubs/IB_AWW-Latin-America-SP.pdf