Un mercenario (del latín merces, – edis, «pago») es un soldado o persona con experiencia militar que lucha o participa en un conflicto bélico por su beneficio económico y personal, normalmente con poca o nula consideración en la ideología, nacionalidad, preferencias políticas o religiosas con el bando para el que lucha. Generalmente, se los menciona como asesinos a sueldo, sicarios, etc.

Sin embargo, cuando este término (mercenario) se usa para referirse a un soldado de un ejército regular, se considera normalmente un insulto a su honra. El soldado, que representa a su nación, está dispuesto a luchar por una causa que es de su comunidad o país. Sin embargo, el mercenario lo hace solamente con ánimo de lucro. De ahí que a los mercenarios se los conozca también como soldados de fortuna.

En el protocolo adicional a la Convención de Ginebra del 12 de agosto de 1949 (APGC77), relativa a la protección de las víctimas de conflictos armados internacionales (protocolo I, de 8 de junio de 1977), se establece que un mercenario es cualquier persona que:

  1. Ha sido reclutado o embarcado específicamente con el fin de luchar en un conflicto armado.
  2. Toma, en efecto, parte directa en las hostilidades.
  3. Su motivación para tomar parte en las hostilidades es principalmente el deseo por el beneficio personal, y, de hecho, se le promete una recompensa material por una de las partes en el conflicto, o en favor de ésta que excede de forma sustancial al pago que los combatientes de las fuerzas armadas de dicha parte reciben con similares rangos o funciones.
  4. No es un nacional de ninguna de las partes en conflicto ni residente de ningún territorio controlado por estas.
  5. No es miembro de las fuerzas armadas de ninguna de las partes del conflicto, y
  6. No ha sido enviado por ningún Estado ajeno a las partes en conflicto en cumplimiento del deber como miembro de sus fuerzas armadas.

En la actualidad regímenes de izquierda como Venezuela, Cuba y Nicaragua entre otros. Los cuales han sumido a sus naciones en miseria total producto de su ineficiencia gubernamental. Y la oposición ha ganado fuerzas y para para tal lucha pacífica se necesitan recursos.

Los voceros de estos sistemas usan los medios de difusión a sus servicios para condenar a los disidentes de mercenarios. Los cuales en la mayoría de las veces no tienen los recursos para organizar ni mantener la lucha, la suma de las pruebas que presentan los portavoces son falsas. Al controlar la información gubernamental y los opositores no tener acceso a ella, sus ideólogos e informantes crean la mentira.

 

El 1er lugar estas organizaciones opositoras son oriundas, no son tropas militares contratadas al servicio del mejor postor. Si el régimen quiere informar la verdad, la palabra mercenarios según la convención de Ginebra del 12 de agosto de 1949, no se le puede aplicar a la oposición pacífica.

Años atrás me invitaron a una recepción en una sede diplomática de la cual me reservo el nombre, en esa ocasión intercambie opiniones con un diplomático angolano acerca de los conflictos bélicos de su país. Este me informo que su gobierno le pagaba a Cuba anualmente quinientos millones de dólares por el tiempo que permanecieron las tropas militares en su país, en otras palabras; la tan cacareada ayuda internacional ¨gratuita¨ que Cuba prestaba era una farsa, se puede decir en esta ocacion que las tropas cubanas si cumplían con el significado de ejercito mercenario en un conflicto ajeno.

El actual presidente angolano, consciente de lo que ha significado para su pueblo aquellos años de guerra innecesaria en la que miles de nativos perdieron sus vidas, al igual que la vida de miles de militares cubanos. El mandatario ante su nación en un gesto de valentía y dolor a la vez, pidió perdón a su pueblo por todos los daños causados al Estado en esa guerra, en otras palabras. La incursión de los militares cubanos es vista en la actualidad como los principales responsables del desastre de la nación africana.