Los regímenes totalitarios son dirigidos por un solo Partido político que se comporta en la práctica como Partido único y se funde con las instituciones del Estado. Estos regímenes, por lo general exaltan la figura de un líder que tiene el poder ilimitado alcanzando todos los ámbitos y se manifiesta a través de su autoridad ejercida como jerarca.
En este régimen se impulsa un movimiento de masas en el que se encuadra a toda la sociedad (con el propósito de formar una nueva persona en una sociedad perfecta), y hacen uso intenso de la propaganda y distintos mecanismos de control social y de represión, como la Seguridad del Estado o Policía Política y el ejército.
El totalitarismo como forma de Estado, en el que se organizan los cuatro componentes del mismo (territorio, población, gobierno y poder, también el jurídico y el derecho) es una organización de las personas que ejercen el poder, una forma de Estado no democrático con la falta de reconocimientos de la libertad y los derechos humanos, excluyendo además la dignidad de la persona humana convirtiendo las clases sociales en masas.
El objetivo del régimen es maximizar al Estado, dado que el poder existe para el fin de las cosas considerando al Estado un fin, así el poder del Estado lo puede todo porque el fin lo abarca todo. Mussolini (que usó por primera vez el término “totalitarismo”) graficó esto en el eslogan “todo en el Estado, todo para el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado”.
Existen muchas maneras de caracterizar al totalitarismo; una de ellas es que las leyes individuales y la existencia del individuo es percibida como algo secundario frente al poder del Estado, cuando la existencia del ser humano y todo lo necesario para su subsistencia debería estar por encima del Estado.
Se elogia la figura carismática del líder supremo, concediéndole un poder desmesurado y prolongado dentro del Sistema. Y hasta después de su muerte lo reverencian de forma religiosa dándole gloria por todos los ¨logros exitosos del régimen¨.
El único Partido gobernante prohíbe cualquier tipo de oposición política, ya que posee el control de todo y que termina fusionándose con el Estado mismo. De esa forma Partido, gobierno, fuerzas armadas y líder supremo operan como una sola entidad, administrando todos los aspectos de la vida ciudadana sin controles internos respecto a lo que puede hacer.
Se realizan procesos peligrosos, en los cuales se eliminan a los individuos indeseables aplicándoles severas restricciones y prohibiciones que pretenden llamarles ¨reeducación¨. Se aplica la censura, control social y expropiación de la propiedad privada, para que el Estado administre todo con un criterio único. Los derechos humanos fundamentales y las libertades civiles rara veces suelen respetarse, en nombre de la justicia, de la soberanía, del Partido, cualquier tipo de crímenes puede realizarse.
Ejemplos de sistemas totalitarios; Benito Munssolini en Italia, Adolfo Hitler en Alemania, Josef Stalin en la desaparecida Unión Soviética, el régimen maoísta de Pol Pot y los jemeres rojos en Camboya, el régimen norcoreano de la dinastía Kim, el régimen totalitario cubano, la narcodictadura de Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua entre otros.
Lo supremo y la primera meta es mantener al sistema político y las doctrinas del Partido gobernante en la cúspide. Las miserias que puedan estar sufriendo la población debido a la escases o malas gestiones del dictador son secundarias, otros factores externos fueron los que provocaron la situación (nunca es responsabilidad del máximo líder) quien se atreva a contradecirlo o criticarlo corre el riesgo de encarcelamiento o desaparición, lo mismo para quien ponga en entredicho las directrices del Partido.
A través de la historia se ha demostrado que los regímenes totalitarios no se pueden reformar, ni han caído del poder bajo negociaciones de paz, en la práctica se ha demostrado que tienen que dejar de existir las dictaduras, para que surja la democracia.
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