En medio de tanto ruido comunicacional existen serios esfuerzos tendientes a propiciar un poco de luz. Las redes sociales han resultado imprescindibles para los arqueólogos de la información. Ellas les han permitido, mediante el cruce de datos, tener una aproximación adecuada a la realidad.
Ingente han sido los esfuerzos de los funcionarios poli-comunicacionales del oficialismo por ocultar bajo la alfombra la pésima gestión epidemiológica del gobierno, sin embargo las decenas de denuncias que a diario aparecen en plataformas como Facebook, WhatsApp, o Twitter terminan diluyendo este propósito.
Médicos como Alexander Pupo, Héctor Alejandro Santiesteban Fuentes o Yuliet Consuegra Leyva, denuncian un panorama que reta a la versión oficial y que felizmente coincide con los cientos de testimonios que cuelgan en el éter internautas, actores o testigos directos de las historias que narran.
A contrapelo de la narrativa oficial que intenta convencernos de que todo marcha con normalidad leemos testimonios como este: “Denuncio públicamente mi descontento con lo expresado por el primer ministro Manuel Marrero, que intentó culparnos a los médicos de la desastrosa situación higiénico epidemiológica actualmente en la provincia”, señaló el doctor Manuel Eduardo Guerrero, del hospital municipal Nicodemus Regalado León en un video que grabó junto con otros colegas.
En cada una de estas denuncias sus exponentes hablan de hospitales colapsados en algunas provincias, de cifras de fallecidos que podrían triplicar las cifras oficiales, de la ausencia de pruebas como leucogramas, rayos X, o insumos y fármacos como jeringuillas, anticoagulantes, antibióticos, o un complemento tan común como el oxígeno.
De entre las muchas evidencias que han emergido a lo largo de los últimos meses, las contradicciones públicas que han surgido entre lo declarado por las máximas autoridades de Salud en el país y funcionarios que dirigen entidades provinciales, han resultados las evidencias más sólidas con que se cuentan para demostrar cómo ha existido un esfuerzo sistemático por ocultar la gravedad de la crisis sanitaria que enfrenta el país.
Tal fue el caso de Ihosvany Fernández Fernández, director provincial de Servicios Comunales de Guantánamo, quien declaró en su momento al canal de televisión oficialista Solvisión que en esa provincia el transporte fúnebre y las funerarias estaban colapsadas por la gran cantidad de muertos (hasta 80 personas en un día) y que se trabaja en la ampliación de capacidades en el cementerio”; esto en franca contradicción con el parte diario televisado a todo el país por el Director Nacional de epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap), doctor Francisco Durán, en el que tan solo se reflejaba el 10% de la cifra revelada por Fernández.
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