El 17 de abril pasado se conmemoró el 60 aniversario del desembarco por Playa Girón, el tiempo hace filtrar mejor los detalles de la historia. A nuestra generación nos enseñaron repudiar aquel desembarco y sus protagonistas, enseñándonos que eran grupos de mercenarios pagados por la CIA, ex criminales del ejército de Batista o hijitos de papá en aras de recuperar sus fincas nacionalizadas. Si ya sabemos que ni eran mercenarios, ni reconquistadores de parcelas, aunque sí es cierto que entre ellos venían ex batistianos, algo que por su naturaleza creó conflictos en los campamentos de entrenamientos de aquella futura brigada de desembarco 2506, lógico lo viejo no liga con lo nuevo.
Pero ¿acaso hemos reconocido la verdadera intención de estos hombres, tanto nos ha afectado la propaganda del régimen formadora hasta de prejuicios artificiales para no reconocer que la misión más importante de esta brigada, era la de recuperar una revolución que ahogaban al nacer? Y de paso salvar el legado de aquella genuina generación del centenario que nunca se plegó al error.
Fijémonos en los detalles y no en la flauta del encantador; el primer aviso de lo que venía fue en plena guerra de 1958 el mismo tirano Batista, declaraba que Fidel Castro y su gente actuaban en alianza con la III Internacional, entiéndase Unión Soviética ¿pero quién le escucharía en aquellos momentos?, triunfada la revolución de 1959 la primera alarma la dio Pedro L Días jefe de las Fuerzas Aéreas Revolucionarias, denunciando la entrada sigilosa de un submarino soviético a puerto cubano, luego para el mes de julio Castro a la sazón Primer Ministro dejando a todos pasmados da un golpe de estado al Presidente Urrutia usando como maso sólo la televisión y las muchedumbres, ¿motivos? Urrutia quería elecciones, Fidel no.
Luego vinieron los ataques a rotativos emblemáticos como El Diario de la Marina (mayo de 1960), ¿motivos? fueron aliados de Batista, lo cierto es que a Castro les molestaban hacían pensar a las muchedumbres. La conspiración llego a tal punto que dos comandante del Ejército Rebelde Manuel Artime fundador del movimiento opositor Recuperación Revolucionaria y expedicionario no del Granma sino de Girón y Huber Matos combatiente de la Sierra Maestra y jefe en la provincia de Camagüey, denuncian en cartas abiertas a Fidel todo este plan, más la creciente influencia comunista, contrario a todo los principios por lo que se luchó en la Sierra Maestra, la respuesta de su Comandante… el primero pudo escapar, pero el segundo fue condenado a veinte años de cárcel.
Por tanto mientras la mayoría del pueblo cubano se hechizaba con discurso electrizantes de aquel líder, apoyando ciegamente sus leyes revolucionarias como la reforma Agraria y Urbana, nacionalizaciones de empresas americanas, etc, los futuros miembros de la Brigada de Asalto 2506 compuesta la mayoría por jóvenes bien educados, combatientes algunos de la clandestinidad y la Cierra, inspirados y guiados solo en ideales de libertad y democracia y no encantados por ningún líder alto o bien parecido, que se le posaban palomas en el hombro cual deidad divina, más bien convencidos en lo que creían, descubrieron en el acto al anticristo ante que el profeta y de aquí vino la idea de Girón.
EL plan de desembarco era un secreto a voces, conocido tanto por la inteligencia soviética como la castrista, mientras Kennedy torpemente negaba los preparativos del desembarco al mismo tiempo dudaba de la magnitud del suceso que se avecinaba, los hechos hablarían por si solos; en cambio Fidel Castro se informaba a diario del progreso del desembarco, equipándose con las armas del bloque comunista que bajo hermético secreto fluían a Cuba.
Al consumarse los hechos de Girón, Kennedy obstinadamente seguía negando los ataques aéreos del 15 de abril; sin embargo Fidel Castro con la audacia carente en aquel y hasta tomándose su tiempo, el 16 de abril reunió una muchedumbre pero esta vez de sesenta mil enardecidos milicianos, que mientras despedían las víctimas del bombardeo en la víspera, pronunciaba en la esquina habanera de L y 23 aquel emblemático discurso, que cual poseso hizo jurar aquellos milicianos levantando sus armas al cielo, luchar hasta la muerte ya no por la revolución de tal palma real y menos por aquella república corrupta, sino por un socialismo rojo como la bandera de la hoz y el martillo ¡ Al fin la confesión!
Pero observen ahora el desenlace absurdo de toda esta historia que los estudiosos del tema aún no pueden explicarse. Suspendido el apoyo aéreo y sin municiones los expedicionarios se retiran a la playa. 1200 brigadistas soportaron durante casi tres días el empuje de 60 000 milicianos, es cuando Arleigh Burke comandante de la flota norteamericana en espera del triunfo del desembarco a seis millas de Girón, llama a su presidente poniéndole al tanto del asunto y sugiriéndole un desembarco total, tanto de cubanos como de americanos, algo parecido al desembarco por Siboney cuando la guerra Hispano cubana americana en 1868, con la diferencia que el despotismo español oprimió a la isla de Cuba sin reconocerles nunca a sus ciudadanos su dignidad como cubanos y menos como españoles de ultramar y ahora este un propio cubano que ni antes de su muerte menos las respeto.
Sigamos con los detalles. Kennedy en medio de una elegante recepción en la Casa Blanca, ataviado con un lasito de gato en su cuello contesta a su general:
-Evacue, no deseo que ningún soldado americano esté involucrado en esta historia – replica el general - Pero señor presidente si ya estamos involucrados – Kennedy insiste – Evacue.
Convirtiendo entonces aquel lugar hecho para ganar en uno de perdición.
En cambio Fidel como el artista que era, ataviado con boina de miliciano descendiendo de aquel tanque Stalin, toma ahora el control de la situación y ordena acribillar en la Playa lo que quedaba de la brigada tanto con los cañones checoslovacos como con aviones comprados por Batista para aniquilarlo a él mismo, infringiéndole así una total derrota no a los brigadistas, sino al propio Kennedy, anunciándole al mundo entonces fuerte y claro como gallo de toda la comarca, la primera gran derrota del imperialismo en América. Dicen que ese día Kennedy no solo se responsabilizó con la derrota, sino que en la soledad de su oficina oval, esa misma en que recién se celebraron las victorias contra el imperio alemán, italiano y el Japonés en la segunda Guerra mundial, combatiéndolos a todos a la vez y más tarde al imperio Soviético y Chino también juntos en la guerra de Corea, aquel desdichado hombre lloraba amargamente.
Pero las desgracias nunca vienen solas, la derrota para Kennedy no termino en aquella playa cuando la espuma blanca bajo y se esfumo el agila por el mar, vino la vergüenza del trueque de expedicionarios por compotas y como si fuera poco en 1962 su inexorable enemigo aun envalentonado le coloco 45 ojivas nucleares apuntándole esta vez no solo a los Estados Unidos, sino a todo lo que representase los principios de libertad y democracia y sus estilos de vidas, a miles de kilómetros a la redonda, incluyendo Centro América, América del Sur y todo el caribe aquí también los hechos hablarían por si solos, sin contar que en lo moral y político el régimen castrista se consolidó con esta victoria como un sistema altamente agresivo y violador de todos los derechos fundamentales del ser humano tanto en la propia Cuba como en el mundo, pero contando esta vez dentro y fuera del país con el apoyo de una inmensa muchedumbre no solo fascinada sino que ahora posesa al igual que su líder, creyendo locamente que la revolución de 1959 había sido salvada.
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